TALLER
4
EL RÉGIMEN POLÍTICO COLOMBIANO
La violencia en Colombia sigue siendo una anomalía, a pesar de que ha constituido una realidad
permanente en la historia de nuestro país. En los periodos de recrudecimiento, como
el vivido en la década del noventa, los colombianos nos angustiamos por
conseguir una paz que pareciera ser esquiva. Paradójicamente, durante el siglo
XX vimos un país que en muy pocas ocasiones interrumpió sus elecciones y lo
disputa de los partidos políticos por el poder, bajo procedimientos típicos de
la democracia liberal. ¿Qué es ese régimen político que combina, al mismo
tiempo, procedimientos basados en la ley y una reconocida tradición jurídica,
con procedimientos de facto, como la lucha armada y la violación de los
derechos humanos?
COLOMBIA:
DEMOCRACIA Y VIOLENCIA
Nuestro país es un caso
especial en los estudios políticos contemporáneos. Algunos politólogos, como
Arend Lijphart, lo han incluido y excluido consecutivamente de sus estudios
sobre el régimen político democrático en este siglo.
Según él, por un lado cumple
con los requisitos para determinar una democracia liberal razonable: libertad
para construir e integrarse en organizaciones, libertad de expresión, derecho al
voto, elegibilidad para cargos públicos, derecho de los líderes políticos a competir
por el voto, existencia de fuentes alternativas de información, como prensa de oposición,
celebración de elecciones libres y limpias, y existencia de instituciones para hacer
política de gobierno basadas en el voto.
Pero, igualmente, por otro
lado presenta largos e ininterrumpidos periodos de violencia política a gran
escala, característica que pone profundamente en duda la mencionada razonabilidad
de la democracia liberal.
CARACTERIZACIÓN
DEL RÉGIMEN POLÍTICO COLOMBIANO
La definición del régimen
político colombiano no es fácil. Si echamos un vistazo, aunque sea somero, a
los intentos de caracterizarlo realizados por diversos estudiosos nacionales y extranjeros,
nos encontramos con una amplia gama de términos que lo califican conforme a
criterios distintos, muchas veces arbitrarios.
Algunos autores como Orlando
Fals Borda y Antonio García, han hablado de Colombia como un país oligárquico,
en los diversos aspectos de poder económico y político que esto implica. La
calificación del sistema económico y político colombiano, y del papel que
juegan sus dos partidos, involucra -en opinión de los investigadores- profundas
contradicciones que se hace necesario resaltar.
Son muchas las expresiones
que han intentado caracterizar el tipo de régimen político existente en nuestro
país (ver el documento). Aunque no entramos a tocar cada una de ellas, es
importante resaltar que esa diversidad de caracterizaciones habla de la dificultad
que ofrece la explicación de un tema como éste en Colombia.
Habíamos dicho, hablando del
gobierno y de la autoridad, que un régimen político combina formas legales de
acción con formas no contempladas en ninguna ley. Que las unas y las otras son
la expresión de la fuerza y del consenso, como dos componentes básicos del
régimen político. En algunas sociedades, la relación fuerza-consenso ha logrado
ajustarse a los límites de una Constitución, de tal manera que aunque existen
desbordes, estos aparecen más como excepcionales que como recurrentes.
En Colombia existe una
Constitución cuyas disposiciones sobre el gobierno son muy precisas. Sus
órganos son representativos, es decir, se eligen popularmente a través de una contienda
democrática en la que se disputan el poder los partidos políticos. Estos
órganos, a su vez, deben estar controlados en su ejercicio para que no realicen
actividades en contra de la sociedad y de los individuos a quienes representan.
Sin embargo, los procedimientos legales de ejercicio del poder
frecuentemente se combinan con el ejercicio de un poder oculto, que altera a la
política que se ejerce en nuestro país. Esa característica es lo que explica,
por ejemplo, la influencia del clientelismo en las decisiones políticas y las
acciones violentas de la insurgencia armada, que distorsionan a cada momento la
institucionalidad política legal del país.
Esta relación de
coexistencia entre el principio formal e informal de ejercicio de la autoridad
y de gobierno, caracteriza nuestro régimen político, en el que el peso de la
fuerza como instrumento es muy grande. Lo que es señal, entre otras cosas, de
la debilidad de los consensos sociales en un régimen político que es altamente
excluyente. Recordemos, por ejemplo, el peso específico que tuvieron en nuestro
régimen legal los llamados estados de excepción, sobre todo el estado de Sitio
permanente durante el Frente Nacional, hasta prácticamente el cambio
constitucional de 1991. Estos eran regímenes de exclusión política.
Esta caracterización del
régimen político colombiano evidencia las relaciones estrechas entre el poder
económico y el poder político, o si se quiere, la conocida paradoja entre la
estabilidad de la economía y la inestabilidad de la política.
La presencia permanente de
la violencia en nuestra historia política es directamente proporcional a la
existencia de un régimen político como el anteriormente descrito. De ahí la
importancia de ampliar los consensos sociales y romper la informalidad y el
predominio de la fuerza.
¿COLOMBIA
EL RÉGIMEN POLÍTICO CON LA CONSTITUCIÓN DE 1991?
Aunque en un principio se
pensó que la Constitución de 1991 cambiaría radicalmente el carácter de nuestro
régimen político, su desarrollo ha demostrado que no alteró sustancialmente su
forma. A pesar de presentar un modelo de privatización de la política, a través
de fórmulas de participación política, la Constitución y su ejercicio no han
podido tocar sustancialmente el carácter clientelista de los partidos, no han
frenado la estigmatización de la oposición política y social, ni han resuelto
el carácter excluyente del régimen.
Colombia, aunque en el concierto
actual de los Estados puede aparecer como una anomalía, no deja de tener
amplias coincidencias con el desarrollo de los regímenes políticos en otras
naciones, durante el presente siglo. Recordemos que la pacífica y civilizada Europa
produjo dos grandes y devastadoras guerras mundiales, las más destructoras de la
historia humana conocida, después de las cuales fue posible estabilizar los
regímenes políticos en muchos países sobre lo base de fuertes consensos sociales.
Guardadas las proporciones, el proceso ha sido similar en muchos países de
América Latina, algunos de ellos han vivido sangrientas dictaduras militares
para al final reconocer lo necesidad de la ampliación del régimen político.
DOCUMENTO
DEFINICIONES
DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA
"La democracia
colombiana, con todo y sus recortes, (...) (es) un hecho sorprendente",
dice Arrubla. (...) El país es '(...), parcialmente democrático (...), dice
Solaun (...), o a duros penas una democracia liberal, según Peeler (...). Kline
(...) lo llama un sistema 'patrimonial' y 'elitista', '(...) una autocracia
apenas velada, manejada por una oligarquía o élite (...)'. Bailey lo llama
'democracia de procedimientos' (...) y un 'pluralismo elitista' (...). 'Democracia
consociacional' lo clasificó Lijphart (...), para después quitarla de la lista
(...). Hoskin y Swanson (...) están de acuerdo en que es '(...) una situación
revolucionaria, objetivamente' (...). Tal vez el resumen más político de la paradoja
haya sido el término de Wilde: (...) Colombia es una 'democracia oligárquica”.[1]
CUESTIONARIO
¿A que crees que obedezca la
falta de consenso entre los autores citados, al momento de definir el régimen político
Colombiano?
Mediante un collage de
recortes de prensa, las contradicciones de nuestro sistema democrático. ¿Cuáles son los principales puntos de contradicción?
¿Por qué?
Realiza un ensayo en el que
expliques cómo la relación fuerza consenso ha llegado a moldear al régimen
político colombiano.
¿Qué males le puede causar a
un país el fenómeno del clientelismo? ¿Por qué ésta es una práctica común en nuestro
país?
Después de una violencia
política tan devastadora, ¿estaremos los colombianos llegando a la posibilidad
de una ampliación efectiva del régimen político en los prometidos procesos de
paz?